El principio de incertidumbre fue descubierto por Heisenberg en 1927 y es fundamental en física cuántica. Establece que ΔpΔx ≥ h donde Δp es la incertidumbre en conocer el momento de la partícula (momento igual a masa por velocidad), Δx es la incertidumbre en conocer la posición de la partícula y h es la constante de Planck (h=6.63×10⁻³⁴Js). Las implicaciones de esta sencilla fórmula son enormes. Si conocemos de forma muy precisa la posición de la partícula no podremos conocer de forma tan precisa su velocidad y viceversa independientemente de lo bueno que sea nuestro aparato de medida o de lo que nos esforcemos en ello. La incertidumbre en el sistema es intrínseca y no puede desaparecer nunca.
Posteriormente a la propuesta de Heisenberg se dedujo su principio de la hipótesis onda-corpúsculo de De Broglie.