Los superconductores tienen numerosas aplicaciones. Actualmente, los imanes más potentes se fabrican con bobinas de cables superconductores (electroimanes superconductores). Este es el caso de los imanes que se utilizan en grandes instalaciones científicas, como los aceleradores de partículas, y en medicina, como los aparatos de resonancia magnética nuclear. Los imanes potentes son también un componente importante de los generadores que transforman energía mecánica en electricidad (como es el caso de los generadores eólicos e hidráulicos). El uso de imanes producidos por bobinas superconductoras disminuyen las pérdidas mecánicas en la producción de energías alternativas. De esta forma disminuye de forma muy importante el peso y las dimensiones de los motores. Además el uso de generadores superconductores disminuye la dependencia en las escasas tierras raras que componen los imanes convencionales.
Con superconductores se pueden también fabricar detectores ultrasensibles de campos magnéticos utilizando el efecto Josephson. Otras aplicaciones que están en mayor o menor medida en desarrollo son relevantes para la eficiencia energética (por ej. cables que conducen la electricidad sin pérdidas de energía) y transportes (trenes que levitan).
Para poder desarrollar todo el potencial de los superconductores necesitamos aún superar ciertos retos relacionados con los parámetros críticos de los superconductores y con la propia producción de los materiales.